jueves, 14 de febrero de 2008

El regreso a la OEA


Sábado, después de las 23 horas.
Había perdido seis lucas en menos de tres minutos en los tragamonedas del Casino de Juegos de Iquique. En cambio, algunas viejas zorras ludópatas no paraban de ganar monedas. Llevaba mi segunda ron cola. Cerca mío, en la barra, estaba bebiendo un gordo con síndrome de down que alguna vez tuvo su minuto de fama en alguna teleserie ¿Tú eres el de la tele? Si, estoy de vacaciones en Iquique, me dijo escueto, con voz de estrella de la tele. Me imagine al gordito down tirándose a Patty. Marco el número. Patty me pregunta quien soy. Podría haberle dicho: el que te lo puso anoche y te gusto tanto tanto, o el simple: no te acordai chuchesumadre quien soy yo -el gueón de putas y cangrejos-. Pero preferí ¿Te acuerdas de la alita de moscas?. Como toda drogadicta picó como cabinza.

Después de la 1.30 estaré en la Sala Murano, dijo.
La Sala Murano en Iquique funciona en el mismo galpón de la Caldera del Sabor, la salsoteca de moda a principios del 2000. Pasaron 8 años de la Caldera del Sabor. Yo, sigo igual de curado que hace 8 años aunque más viejo, más gordo y canoso. Trepo por una callejuela con dirección a Sala Murano. Puros gueones chupando en la callejuela afuera de sus autos. 5 lucas vale la entrada. La discoteca tiene dos ambientes: uno electrónico (ocupado por turistas) y el otro panchanguero (típico iquiqueño).
Diviso a Patty, la paragua, bailando con un gordo, moreno, de cara ovalada y algo joven, por lo menos más joven que quien escribe. Pienso que es su cafiche. Habrá que tirar combos.
Pido energética con vodka y me siento a un costado del bar. Harta minita rica por todos lados. algunas con cara de putas y gueones borrachos. A Patty -según lo acordado- le mando un mensaje por el celular. A los dos minutos me contesta: Estoy con un amigo, espérame. Vamos a mi casa.
Toda espera siempre tiene su recompensa, claro. Otro mensaje: juntemos en la puerta del baño de mujeres. Viste una mini falda y sus piernas parecen amarradas -en una imagen sadomasoquista- por las tiras de unos zapatos. Me pregunta si traje alita de mosca. Para después, le digo. Espérame, me dice. Justo aparece el gueón, su amigo, y me da la mano en señal de amistad. A lo mejor quiere un menage e troi, o un simple "sandwich", con Patty al medio. Chao nomás.
Afuera de la Sala Murano, llamo a un número de putas que me dio un amigo. Dijo que eran buenas e iban a todas. Mi amigo tiene una amiga lesbiana, entonces él junto a su amiga lesbiana llaman a un puta, y se la culean entre ambos. Estas putas al parecer no les da asco nada, porque mi amigo físicamente deja harto que desear. Amatista se llama la agencia. En la Shell de Playa Brava, en medio hora, y no te arrepentirás, me dice la voz. Parto mierda. La puta de Amatista me llamó a los diez minutos de espera en la Shell. Ya me había tragado un hot dog (Ya había tomado energética con Vodka, alita de mosca, tres ron cola y ahora un completo. Estaba listo para ponerlo. Mi hijo saldría lindo, medio ruso por el vodka, blanco por la alita de mosca, con ganas de bailar por el ron y con la tula larga por la salchicha del hot dog).
La puta me dijo que estaba en un Terrano 4x4. Había como cuatro Terranos en la Shell. Casi me sacan la chucha unos gueones por meterme a su vehículo. Un flaco culiao con hartos collares de oro me da la señal: una mueca culiaa. La mina que estaba en el asiento de copiloto, que era la cabrona de la agencia, me dice que 20 lucas es la tarifa. Esa es la niña, agregó ella. Veamos. La mujer -que está ubicada en el asiento trasero de la Terrano- era algo robusta, de pechos grandes, pelo largo y negro, y tenía cara de haber sido recién culiada. No.
Le pedí a un taxi -en el sector del Likos- que me llevara a Vivar con J.Pérez. Usted va a ponerlo, me dijo el taxista que andaba medio curado. No sea sapo, le dije.
En la OEA me recibieron como al canciller. Era sábado y había harto para ver y elegir. Había una morena con piernas de zulú y el culo como flan de chocolate. Venía recién llegando de Colombia. Rica la negra. La tenía lista, pero apareció la paragua -la compatriota de Patty- con su cuero de modelo y estampa de actriz. Linda desde el rostro hasta los callos, cantaría Arjona (esta paragua responde al nombre artístico de Magaly). 30 lucas la hora, es decir cachita completa y fin.
Yo andaba con la patas hediondas. Tenía podridas las zapatillas. Así que una duchita en el jacuzzi. Mijita igual se duchó en el jacuzzi. Sus tetas son firmes y duras, vientre perfecto -sin ningún rollo- y un para de caderas anchas y el culito parado, con un tatuaje en el gluteo. Un sueño la paragua, un sueño hecho realidad.
Tras su rato de cacha y entretenciones varias, me dijo que se animaba a viajar a Antofagasta. Le había habaldo de la playa Juan López -que no es ninguna maravilla-. Pero si voy -me dijo- estoy con usted un tiempo y después lo abondono. Lo mío son los hombres de plata. Viejos con plata. En Antofagasta hacemos negocios, le dije.
3.20 de la madrugada. Patty estaba desesperada mandando mensajes por el celular. Estoy en el Hotel Central, en calle Sargento Aldea, me dijo. Igual te voy a buscar, propuso Patty.


2 comentarios:

Sergio F Riquelme I dijo...

anduve buscando weás buenas por glob. Genial encontrar este

Cachucho dijo...

viejo degenerado y drogo