domingo, 5 de julio de 2009

Selerup 50 (o la solución de los cuarentones)


Estaba en Pica cuando supe de la muerte de Michael Jackson. Fue el viernes. Dos o tres días después que murió. Pobre negro. Me da pena pensar en él. Recuerdo Moonwalker. Había una pandilla en Iquique que le decían los "Moonwalker". Era finales de los años 80. Yo era una pendeja del Colegio Inglés. Con jumper, pero no virgen. La pandilla del "Perro" Carlos. No sé que habrá sido de él. Tanto tiempo. En fin, las cagadas que quedan cuando uno se aísla del mundo. Había estado un par de días en las cabañas de la caja de compensación a pocos kilómetros de Pica. En la Huayca. Se parecen a la Casa en la Padrera. Un paraiso en pleno desierto. Verde como una lechuga. La pasé chancho. Asaditos, cervezas y sexo. Mucho sexo. Me invitó un viejo cliente. El Williams. Llegó a Iquique por una venta de motores. La hizo corta y quedó libre. Le cobré 100 luquitas por dos días, con todo pagado. Al final le cobré 75 lucas. Se portó re bien el loco. Podía haberlo hecho gratis, pero una tiene que pagar deudas. La típica. Con clientes como él, una se casaría. Me gusta. El problema es el problema, diría Arjona. El problema es que está casado y con la media familia en Santiago. Lo chupan como teta. No se quiere separar por los hijos. Me gusta cuando habla de sus hijos, pone los ojos medios tristones. Es tiernucho. Igual gana sus lucas. Bastantes. Me gustan los cuarentones, ya medios sueltos de cuerpos –no con tanta ponchera- y con ganas de pasarla bien. Tipos con plata. Williams es de ellos. Desde ahora le diré Willy. Tira como los dioses. Sabe esperarla a uno. De quince minutos a veinte minutos duraban las cachas. Los medios orgasmos. Se pone la piel de gallina cuando me acuerdo. Me lo hizo por todo los hoyitos. No la tenía tan grande tampoco. Normal. Después de tres minutos de descanso a seguir. Y así sucesivamente. Willy, el de la ponchera cervecera, parecía cabro de 20 años.
Yo sabía del Viagra nomás, aunque sabía que había otras pastillas similares. El secreto de Willy para tirar como los dioses era el Selerup 50. Me lo aprendí de memoria, jejeje. Una pastillita una hora antes de ponerlo y listo. Incluso se la tomaba con cerveza. Compramos en la Zofri como 90 latas de Tecate. Los gueones curaos, jejej. Tomamos 60. El resto para el camino.
A ese ritmo el Willy me hizo pebre. Igual voy el ginecólogo. No crea por ser puta no voy. Lo hago y habitualmente. Me dijo que la zorra la tenía reforzada. Zorra de lija o algo así. Una vez un ginecólogo quiso tirarme pero aquella es otra historia. Si no está la zorra, este el chico y sino la boca. Siempre hay algo.
En esto todo depende al final que el cliente la tenga chica. Menos sufrimiento. Como llega de todo, a veces hay que aguantar. En el caso de Willy es un agrado. Puras bondades. Quedó de llamar la próxima semana, cuando otra vez venga a vender motores. Yo lo espero con las piernas abiertas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

puto cagon