jueves, 10 de enero de 2008

125/67/107


"Marcela (125/65/107) caliente, potoncita,
senos grandes. $15.oooo.
Galleguillos Lorca, al lado del Chifa,
tocar timbre puerta roja"



Marcela es de San Antonio. Por necesidad -no hay otra razón- se hizo prostituta. Trabaja en la habitación cinco, que da a la calle, en un segundo piso. Abajo hay un chifa. El olor a comida se escurre en las pequeñas habitaciones que tienen decoración china en el techo.
Marcela no tiene una belleza delicada. Es grande como una osa. Tiene el pecho blando. Sus senos se mueven con el vaivén. Dice que en la calle lo primero que le miran son las tetas. Hay abundancia en sus caderas. Le gusta sudar cuando hace sexo. Finge orgasmos a la primera penetración. Es su trabajo.
-¿Por qué llegaste o caíste en esto?
-Por causas de la vida. Tengo que mantener a toda una familia, a mis papás y tengo un hija. Mi papá está enfermo y tuve la obligación de ganar más plata.
-¿Te tocan muchos viejos guatones y feos?
No. Toca de todo. Todos los hombres son distintos y todos tienen su gracia, pero bueno es lo que nos toca y hay que vivirlo. Uno tiene que tratar de hacerlo de la mejor forma.
-¿Qué significa ser puta?
-Es feo pararse en la calle y detener autos. Lo mío es más fino. Si me dices que me molesta que me digan puta, no. Me considero un puta más, es el trabajo que yo hago.
-¿Cómo anda la autoestima?
-Bien, igual ya me acostumbre. El puterío es aquí adentro. De la puerta para fuera soy otra persona.
-¿Te tocan gueones muy depravados?
-Hombres que andan buscando cariño. La mayoría separados. Más que puta soy un poco más sicóloga. Aquí te cuentan los problemas. Me engañó con este, y eso.